Como cada 22 de marzo, desde 1992, hoy se celebra el Día Mundial del Agua, conmemoración que, de acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas, “tiene por objetivo concienciar acerca de la crisis mundial del agua y la necesidad de buscar medidas para abordarla de manera que alcancemos el Objetivo de Desarrollo Sostenible No. 6 Agua y Saneamiento para todos antes de 2030”.
Por su parte, derivado de la pandemia que aqueja a todo el mundo, el tema del agua adquiere una especial relevancia pues, como se sabe, el lavado de manos es una de las medidas esenciales para contener la propagación del COVID-19. Desafortunadamente, casi tres millones de personas en el mundo, no cuentan con acceso al agua para llevar a cabo esta práctica.
Por tal motivo, resulta impostergable que los gobiernos lleven acciones que permitan garantizar el acceso al agua a toda la población.
Nuestro país no ha sido ajeno a esta situación, ha llevado a cabo medidas de carácter administrativo y legislativo, encaminadas a garantizar el derecho humano al agua.
Por ello, desde el año 2012, elevó a rango constitucional del derecho humano al agua, al establecer, en su artículo 4, que “Toda persona tiene derecho al acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible. El Estado garantizará este derecho y la ley definirá las bases, apoyos y modalidades para el acceso y uso equitativo y sustentable de los recursos hídricos, estableciendo la participación de la Federación, las entidades federativas y los municipios, así como la participación de la ciudadanía para la consecución de dichos fines”.
No obstante, dicho esfuerzo se ha visto opacado por la omisión legislativa de emitir la Ley General de Aguas, cuyo objetivo debe ser, hacer realidad la reforma constitucional señalada; es decir, que el Estado garantice el derecho al acceso, disposición y saneamiento del agua para consumo personal y doméstico.
En ese contexto, el Estado Mexicano debe continuar efectuando acciones para garantizar un acceso justo y equitativo del agua a toda la población, sin dejar de lado que el cuidado del agua, es responsabilidad de todos.